lunes, 7 de septiembre de 2020

Rafael Urzúa Caro, el teatro te despide con aplausos

Foto: Marcelo Carrasco.


HOMENAJE DE JUAN PABLO GARRIDO

6 de septiembre, 2020.

“Un pueblo que no fomenta su teatro, si no está muerto, está moribundo. El teatro que no recoge el latido social, el latido, histórico, el drama de sus gentes, con risa o con lágrimas, no tiene derecho a llamarse teatro, sino sala de juego o sitio para hacer esa horrible cosa que se llama "matar el tiempo".  (F. García Lorca)

Se ha ido uno de los iconos del teatro chillanejo, que tuvo su época de gloria en los años 50 al 73, cuando, en todo el país, fue arrasado porque era una peligrosa práctica subversiva.

Rafael Urzúa Caro llegó al teatro, como muchos, por casualidad. Siendo estudiante del otrora glorioso Insuco, tenía por compañero de banco a Pedro Villagra Garrido, hermano de  otro grande del teatro nacional, Nelson Villagra.

Pedro lo invitó a ver los ensayos y de mala gana aceptó. Al principio le pareció ridículo, pero cuando probó actuar en un pequeño papel, entonces le picó el bichito del teatro, para lo cual no hay antídoto, y se transformó en tablas-crónico, como todos.

Eran los gloriosos tiempos de un grande del teatro chileno, Enrique Gajardo  Velásquez, que revolucionó el arte escénico y radial de nuestra ciudad. El Instituto de Extensión Cultural propició que cientos de jóvenes vivieran años felices, se sintieran realizados y comprometidos con el arte de su ciudad y país. Ahora que son viejos, les brillan sus ojos de nostalgia y una sonrisa acusa el recuerdo de la época más linda de sus vidas.

Uno de esos muchachos fue Rafael Urzúa Caro. Su Compañía Teatral siempre fue el glorioso Teatro Experimental, aunque también participó, un tiempo, en el teatro de la ex Universidad de Chile.

Participó en cerca de cincuenta montajes. Lo recuerdo en los últimos años actuando en “La secreta obscenidad de cada día” de M. A. de la Parra, con su  inseparable amigo Bernardo Neira, otro grande del teatro chillanejo.

Foto: Recibiendo Distinción Educa UBB por su trayectoria de ciudadano notable de Ñuble (14 de abril 2016)

Pero Rafael se destacó también por su trabajo radial. Radio controlador, programador y discotecario, era el hombre clave para grabar los radio teatros, otro producto asociado a las tablas y que por años fueron programas ancla de la radiotelefonía local.

Actor, tramoyista, técnico de sonido y celoso guardián, hasta su último día, de importantes grabaciones que constituyen hoy, un valiosísimo patrimonio cultural.

El colegio de Profesores, el año 1991 le rindió un merecido homenaje.

El teatro en Chile floreció porque los jóvenes de esa época, los intelectuales, las universidades estaban empeñados en que fuéramos una nación culta, pensante, participativa.

Foto: Rafael Urzúa Caro e hijas (Premiación UBB 2016)

Como no existía la alienante tv, las redes sociales, los jóvenes de  entonces eran voraces  lectores. En los liceos brotaban los clubes literarios, poéticos, teatrales  y todos tenían como norte producir un país intelectual pensante, deliberante, propositor, que cambiara las condiciones de vida de la época.

El teatro es un medio mágico que enseña el trabajo en equipo, el respeto por el otro, el cultivo de ideales, la perseverancia, paciencia, un espacio de reflexión de debate, de tolerancia.

El teatro hoy sobrevive agónico, porque a una sociedad individualista y consumista le estorban los seres pensantes, le sirven los payasos que entretienen y que hacen, como decía García Lorca, “esa horrible cosa que se llama "matar el tiempo". Son los llamados “influencer”, los “líderes de opinión” de hoy, banales, espurios con miles de seguidores que devoran sus chatarras y que nada aportan, solo basura mental.

Rafael Urzúa Caro perteneció a esa generación que, tristemente ya se va, pero dejó un legado imborrable,  inolvidable y que debemos rescatar.

Foto: Entre los integrantes de los discípulos del "maestro" Enrique Gajardo Velásquez.


Juan Rafael Urzúa Caro (más conocido como Rafael Urzúa)

Breve biografía. Por Marcelo Carrasco, fotógrafo.

Nació el 12 junio 1934. Santiago, en el año ‘39 se vino a Bulnes (el terremoto lo vivió en Bulnes) y luego se vinieron a Chillán.

Estudio en la Escuela México y en el Comercial. Casado con Lucy Henríquez (locutora de la Discusión)

Trabajó en Radio la Discusión, La Central y la Contacto.

Integró los grupos de Inechuc, Teatro Experimental de Chillán

Fue compañero de Nelson y Pedro Villagra y tuvo la dicha de conocer

Violeta Parra

Víctor Jara

Pablo Neruda entre otros muchos artistas nacionales de los años 60' que en ese tiempo llegaban a Chillán.

IMAGEN: Homenaje ante su fallecimiento por parte de Biblioteca Municipal de Chillán.

Fotos: Facebook Rafael Urzúa - Grupo Enrique Gajardo Velásquez.
Fuente: Facebook Juan Pablo Garrido, Web UBB,
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