lunes, 31 de mayo de 2010

Esta Roja continúa manteniendo viva la ilusión


31 de mayo, 2010

No vino “Chupete” Suazo, tampoco Alexis Sánchez y se extrañó al “Mago” Valdivia ayer en el municipal, pero las 12 mil personas que llegaron al coloso de Pedro Aguirre Cerda vibraron con una Roja que por fin se empezó a parecer -sobre todo en pasajes del segundo tiempo- al equipo que causó furor en las Eliminatorias sudamericanas.
Chile comenzó a rendir su penúltimo examen en casa con varios nombres que de seguro calentarán el banco en Sudáfrica. Sin embargo, el equipo nacional de inmediato empezó a imponer su términos ante una Irlanda del Norte que pecó todo el partido de una nula vocación ofensiva, aunque con un interesante pressing en el medioterreno los primeros minutos. En un pleito más bien plano, la Roja se dio maña de enhebrar varias jugadas de riesgo por la derecha, gracias a Arturo Vidal, que se desdobló con claridad, y a un Isla que le añade mayor mordida al once de Bielsa. Aún así, Chile se generó pocas ocasiones con profundidad (Fernández no gravitó) y sólo a los 30´el “Mati” entregó algo de luz con un córner que Paredes conectó en el segundo palo desatando el delirio. 1-0.
La defensa nacional no corrió mayores riesgos y -en la única ocasión que se desordenó- Gorman elevó cuando Pinto ya estaba batido en el cierre del primer lapso. Habían más dudas que certezas, pero quedaba un tiempo.
¿PARA ILUSIONARSE?
Bielsa les pidió más protagonismo a Cereceda, Vidal y Fernández en los vestuarios y lo cierto es que la arenga funcionó. Si bien el zurdo no tuvo tanta claridad en la puntada final, la rica técnica y visión de juego de Vidal generó una superioridad por derecha que de inmediato aproblemó a los británicos.
Una a una se sucedieron las ocasiones, gracias también a la mejora de Fernández como enlace (empezó a girar más rápido encarando), pero el marcador no se alargaba. Justo cuando el rancho se le quemaba a los europeos, una barrida de Vidal terminó con el jugador lamentando un pequeño tirón en su aductor. No pasaron ni 5´ cuando el “Toto” Berizzo le comunicó a “Celia” que salía para su cuidado, con lo que el ataque chileno nuevamente perdió claridad.
El ingreso de Fabián Orellana por Mark González no hizo más que graficar una de las actuaciones más opacas del zurdo nacido en la UC. Con el “histórico” en la cancha, la Roja tuvo en él a otro armador, pero la falta de profundidad continuó, dejando como protagonistas a Marco Estrada y Gonzalo Fierro, quienes probaron una y otra vez remates de distancia, quizás una de las peores falencias en la táctica nacional.
Los últimos minutos pasaron con Chile intentando el segundo y con Irlanda del Norte haciendo derechamente tiempo. En más de una ocasión Chile llegó tocando hasta las barbas del portero europeo, lo que hizo extrañar a Suazo y sus definiciones, pero con un rival tan replegado y con ningún hombre en punta los espacios fueron más escasos que nunca.
Al final la Roja cerró un encuentro futbolísticamente discreto, pero del que Bielsa habrá sacado conclusiones. ¿Lo mejor? La certeza de que Arturo Vidal es un fijo, que Isla es un “comodín” de lujo, que Fernández mejoró un poco y que en defensa y mediocampo falta aceitar las piezas para que el equipo vuelva a tener el vuelo futbolístico que mostró en la Eliminatoria. La selección respondió a las expectativas del hincha y por ello fue ovacionada en la despedida. Falta poco para la hora de la verdad y después de esta ilustre visita la ilusión ya está desbordada. Ni hablar si hubiesen jugado “Chupete”, el “Niño Maravilla” y el “Mago”...



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