AMANDA JARA, HIJA DE VÍCTOR, RECUERDA LA FIGURA DE SU PADRE Y REVELA LA ARDUA LABOR CULTURAL EN TORNO AL MÍTICO ARTISTA.
http://www.ladiscusion.cl/
Domingo 23 de noviembre de 2008
Sencilla y cálida, Amanda reconoce que no toca la guitarra ni canta. “Esa sí que hubiese sido una gran responsabilidad”. De visita en nuestra ciudad, Amanda se refi rió a la fi gura de su padre.
Carolina Marcos cmarcos@ladiscusion.cl
Tenía sólo nueve años de edad cuando debió partir junto a su madre y su hermanastra al Reino Unido. Corría 1973 y a su corta edad debió no sólo enfrentarse con el desarraigo que le provocó el viaje, sino también con la noticia de la pérdida de su padre, Víctor Jara, a manos de las fuerzas represoras de la época.
Amanda Jara creció al amparo del recuerdo nítido del actor, compositor y cantante y con el tiempo se hizo parte de la lucha por su madre, Joan Jara, por perpetuar su fi gura alrededor del mundo. Diez años después de la muerte de Víctor, la familia completa regresó a Chile en busca de explicaciones. Fue una época difícil, pero Joan y sus dos hijas supieron nadar contra la corriente y permanecer en Chile.
Amanda maduró al alero de la figura de su padre y, aunque no canta ni toca la guitarra, supo encontrar refugio en la pintura. Desde hace algunos años se radicó en Quintay y desde ahí colabora con su madre en las tareas que demanda la Fundación Víctor Jara.
LA HIJA DE JARA
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Domingo 23 de noviembre de 2008
Sencilla y cálida, Amanda reconoce que no toca la guitarra ni canta. “Esa sí que hubiese sido una gran responsabilidad”. De visita en nuestra ciudad, Amanda se refi rió a la fi gura de su padre.
Carolina Marcos cmarcos@ladiscusion.cl
Tenía sólo nueve años de edad cuando debió partir junto a su madre y su hermanastra al Reino Unido. Corría 1973 y a su corta edad debió no sólo enfrentarse con el desarraigo que le provocó el viaje, sino también con la noticia de la pérdida de su padre, Víctor Jara, a manos de las fuerzas represoras de la época.
Amanda Jara creció al amparo del recuerdo nítido del actor, compositor y cantante y con el tiempo se hizo parte de la lucha por su madre, Joan Jara, por perpetuar su fi gura alrededor del mundo. Diez años después de la muerte de Víctor, la familia completa regresó a Chile en busca de explicaciones. Fue una época difícil, pero Joan y sus dos hijas supieron nadar contra la corriente y permanecer en Chile.
Amanda maduró al alero de la figura de su padre y, aunque no canta ni toca la guitarra, supo encontrar refugio en la pintura. Desde hace algunos años se radicó en Quintay y desde ahí colabora con su madre en las tareas que demanda la Fundación Víctor Jara.
LA HIJA DE JARA
-¿Qué opinas del Festival de Todas las Artes de Chillán? -Ha crecido mucho. Lo que más admiro es la tozudez del equipo que lo organiza porque es difícil conseguir los recursos y movilizar a tanta gente. Las primeras veces que vine había como una cosa más íntima, ahora es más masivo. -¿Qué te parece que la figura de tu padre haya traspasado generaciones? Es sorprendente. No me lo explico.
Yo creo que tiene que ver con lo que mi papá quería decir, con el hecho de que su ideario y mensaje son bien coherentes y sólidos y eso la gente lo ha valorado. Los motivos para que mi papá hiciera lo que hizo siguen siendo válidos hoy. Él luchó por la justicia y la igualdad y eso ha traspasado a los jóvenes. Como a mi papá lo mataron, esas ideas están ahí. Yo creo que mi papá no murió, su fi gura es universal porque esto pasa en Chillán, en Santiago, en Perú, en Argentina y en Gales.
-¿Hay algo que aún te llame la atención del fervor que produce Víctor Jara en la gente? -Es muy cálido sentir este cariño con respecto a la obra de Víctor. Yo creo que con el tiempo quizás mengue esto, pero creo que Víctor se instaló en la memoria colectiva de este país.
-¿Tú crees que es una leyenda? -Más que una leyenda, es un símbolo. Siempre hay mitos que se tejen alrededor. A él le gustaba esta cosa media enigmática. Imagínate que nadie sabe con certeza en dónde de nació y eso es un tema. Él tenía alma de artista. -¿Es un peso llevar el apellido Jara? -Es una pregunta difícil. Estoy súper orgullosa de mi papá. Nunca he pensado llegar a tener la fi gura de él. Yo no tuve la posibilidad de crecer con Víctor, por eso valoro lo que hemos logrado junto con mi mamá y mi hermana porque lo hemos plantado de nuevo. Cuando volvimos el ‘83 estaba totalmente fondeado, no olvidado, pero sí escondido. Mi mamá fue la que quiso recuperar a Víctor en su real dimensión. No como ícono. El orgullo es haber traído de vuelta su fi gura es muy grato. A veces es espeso, pero así soy yo.
-¿Heredaste alguna aptitud artística de Víctor? -Fui bien tonta, nunca aprendí a tocar la guitarra por lo mismo, por que me lo pedían mucho y fue una forma de ser “contreras”. Pero me arrepiento. Lo que sí me gusta es pintar. Yo siento que hubiera sido mucha responsabilidad subirme al escenario como Jara, y yo sabía que el camino no iba por ahí. -¿Te reconocen en la calle? -Nooo, yo paso piola. Es estupendo, fue una excelente idea. Sólo cuando llego a Chillán me empiezan a pedir autógrafos (risas).
-¿Pero qué ocurre cuando la gente se entera que eres hija de Víctor? -En verdad, nunca me doy cuenta si hay un cambio de actitud. No tengo problemas en decir que soy hija del Víctor. A veces veo una foto de él y digo: ‘ese es mi papá’ y la gente me queda mirando raro.
¿ÑUBLENSINO? “A ÉL LE GUSTABA LA COSA MEDIA ENIGMÁTICA. IMAGÍNATE QUE HASTA HOY NADIE TIENE CERTEZA DE DÓNDE NACIÓ”.
AMANDA 1990 AMANDA se radica en Quintay. Allí se enamoró de un pescador a quien le llaman Nego, con quien vive desde entonces.
MÁS INFO EN: http://www.ladiscusion.cl/?control=porsec&id_noticia_p=49898&id_diario=23112008&id_categoria=06&fecha=23-11-2008
Envia tus noticias de Nuble a chillanhumano@gmail.com
Yo creo que tiene que ver con lo que mi papá quería decir, con el hecho de que su ideario y mensaje son bien coherentes y sólidos y eso la gente lo ha valorado. Los motivos para que mi papá hiciera lo que hizo siguen siendo válidos hoy. Él luchó por la justicia y la igualdad y eso ha traspasado a los jóvenes. Como a mi papá lo mataron, esas ideas están ahí. Yo creo que mi papá no murió, su fi gura es universal porque esto pasa en Chillán, en Santiago, en Perú, en Argentina y en Gales.
-¿Hay algo que aún te llame la atención del fervor que produce Víctor Jara en la gente? -Es muy cálido sentir este cariño con respecto a la obra de Víctor. Yo creo que con el tiempo quizás mengue esto, pero creo que Víctor se instaló en la memoria colectiva de este país.
-¿Tú crees que es una leyenda? -Más que una leyenda, es un símbolo. Siempre hay mitos que se tejen alrededor. A él le gustaba esta cosa media enigmática. Imagínate que nadie sabe con certeza en dónde de nació y eso es un tema. Él tenía alma de artista. -¿Es un peso llevar el apellido Jara? -Es una pregunta difícil. Estoy súper orgullosa de mi papá. Nunca he pensado llegar a tener la fi gura de él. Yo no tuve la posibilidad de crecer con Víctor, por eso valoro lo que hemos logrado junto con mi mamá y mi hermana porque lo hemos plantado de nuevo. Cuando volvimos el ‘83 estaba totalmente fondeado, no olvidado, pero sí escondido. Mi mamá fue la que quiso recuperar a Víctor en su real dimensión. No como ícono. El orgullo es haber traído de vuelta su fi gura es muy grato. A veces es espeso, pero así soy yo.
-¿Heredaste alguna aptitud artística de Víctor? -Fui bien tonta, nunca aprendí a tocar la guitarra por lo mismo, por que me lo pedían mucho y fue una forma de ser “contreras”. Pero me arrepiento. Lo que sí me gusta es pintar. Yo siento que hubiera sido mucha responsabilidad subirme al escenario como Jara, y yo sabía que el camino no iba por ahí. -¿Te reconocen en la calle? -Nooo, yo paso piola. Es estupendo, fue una excelente idea. Sólo cuando llego a Chillán me empiezan a pedir autógrafos (risas).
-¿Pero qué ocurre cuando la gente se entera que eres hija de Víctor? -En verdad, nunca me doy cuenta si hay un cambio de actitud. No tengo problemas en decir que soy hija del Víctor. A veces veo una foto de él y digo: ‘ese es mi papá’ y la gente me queda mirando raro.
¿ÑUBLENSINO? “A ÉL LE GUSTABA LA COSA MEDIA ENIGMÁTICA. IMAGÍNATE QUE HASTA HOY NADIE TIENE CERTEZA DE DÓNDE NACIÓ”.
AMANDA 1990 AMANDA se radica en Quintay. Allí se enamoró de un pescador a quien le llaman Nego, con quien vive desde entonces.
MÁS INFO EN: http://www.ladiscusion.cl/?control=porsec&id_noticia_p=49898&id_diario=23112008&id_categoria=06&fecha=23-11-2008
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