domingo, 26 de julio de 2009

"Que se entretengan solos"


Viernes 24 de Julio de 2009.
http://www.ladiscusion.cl/
Por Juan Pablo Garrido.

Nos bombardean, especialmente en vacaciones, con miles de alternativas para entretener a los peques y con un insistente mensajito destinado a hacer sentir absolutamente responsables de esto a los padres, poniéndoles de paso, subliminalmente, un enorme grado de culpa si no realizan tan ineludible tarea.

¿Quién estableció que a los niñitos “hay” que entretenerlos porque, si no, se mueren de aburrimiento? No señor, antes nunca fue así, había que entretenerse solito y con lo que fuera. No existía toda la gama de tecnología de hoy y nadie se aburría. Había que echar a andar la imaginación y la amistad. Si no había una de cuero con calcetines viejos hacíamos una pelota y todos los del barrio podíamos jugar. Si estábamos en la casa, cualquier cosa servía para entretenerse, desde un run-run hasta leer.

En el pueblito donde vivía, no había tele, hasta comienzo de los ochenta. Fue la más grande bendición, aprendí el placer de leer y la cultura que gané ha sido una de mis principales armas. Una vez se me ocurrió decir que estaba aburrido, la respuesta de mi padre fue: los niños inteligentes no se aburren.

Entonces, no existía la penosa soledad de los niños de hoy que, con suerte, conocen o saludan al vecino porque, en la era de las comunicaciones, están más solos que nunca con su computador. “Hay que entretener a los niños”, que peligrosa falacia. Si un niño no es capaz de entretenerse solo, si se le hace creer que “otros” son los encargados de entretenerlo, entonces, cuando adulto creerá que otros tendrán la obligación de hacerlo feliz, creerá que los estados de felicidad deben venir desde fuera y no como resultado de un estado interior, esperará que si tiene un problema, alguien tendrá que resolvérselo, creerá que si las cosas no andan bien en su matrimonio es porque su pareja tiene la culpa, pero jamás él, creerá que si los resultados son adversos en algún momento de la vida, es porque Dios lo castigó, jamás pensará que lo adverso, tal vez, sea el resultado o consecuencia de sus propios actos. ¿Por qué hay tantas personas que tienen terror de estar solas? Porque no saben estar consigo mismas, porque siempre algo o alguien, externo, debe actuar para que ellos estén bien. ¿Por qué hay tantas parejas que tienen miedo de estar solos para disfrutarse plena, mutuamente y tienen que recurrir a las reuniones de amigos y otras actividades?, por la misma razón. ¿Por qué los reality y los cahuines de famosillos son tan importantes?, porque las vidas de las personas son tan pobres y fomes que tienen que mirar vidas ajenas para entretenerse. Nunca antes un niño había tenido a su alcance tanta tecnología y nunca antes ha habido tantas personas aburridas e infelices, tanta violencia y descontrol.

La conclusión parece ser clara: la abundancia de estímulos externos, ha quitado espacio y tiempo al enriquecimiento interior, ha arrinconado eso que llamamos espíritu y que pareciera ser es el manantial de donde emanan los verdaderos y perdurables estados de felicidad. Es decir la felicidad es un estado endógeno, que viene desde dentro. Constituye, por tanto una peligrosa falsedad seguir afirmando o creyendo que esta viene desde fuera, desde los estímulos externos, exógenos.

Papás, no se compren el tóxico cuento de la obligatoriedad de entretener a los niños, llevándolos “a” o comprándoles aquello. Si se da, bueno. Más bien, aprendamos a conversar con ellos, a escucharlos, a entendernos, a abrazarnos, a decirnos te quiero.

MÁS INFO EN: http://www.ladiscusion.cl/?control=porsec&id_diario=24072009&id_categoria=03&fecha=24/7/2009
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