www.ladiscusion.cl Edgar Brizuela26 de julio, 2010
Hoy, a primera hora de la mañana, los funcionarios del Violeta Parra se reunían de urgencia para debatir acerca del curso de acción que tomarán frente a las declaraciones del subsecretario de Redes Asistenciales, Luis Castillo, quien confirmó a LA DISCUSIÓN que el centro de salud sí será traspasado a la Municipalidad de Chillán.
Ayer, el descontento entre funcionarios y pacientes era generalizado y demostraban, además de preocupación, perplejidad por cuanto sólo unas semanas atrás desde el Servicio de Salud Ñuble se les había informado que definitivamente la medida no se haría efectiva.
En esas circunstancias, los funcionarios se abocaron a sus labores con el convencimiento de que se olvidaba en forma definitiva una idea que consideran como atentatoria, tanto para los derechos de los usuarios como los de ellos mismos, ya que deberán pasar a otro régimen contractual con menos garantías.
Tienen claro que es muy diferente estar bajo la dependencia del Servicio de Salud a estar sujetos a la gestión de la municipalidad, la cual carece de recursos para entregar todas las prestaciones existentes actualmente en el centro de atención primaria.
Por ello, ayer, cuando los funcionarios se enteraron de la noticia explicitada por el subsecretario, ataron una serie de cabos sueltos y comprendieron que la “postergación indefinida” de la que se les había hablado, era aparentemente un “tranquilizante” para que depusieran las acciones de fuerza que habían iniciado.
En este sentido, se recuerdan las primeras palabras del recién asumido director del Servicio de Salud, Jaime Guzmán, expresadas durante la semana pasada, cuando la autoridad visitó el centro asistencial.
“Tienen que apretarse el cinturón, mejorar la gestión y reducir costos”, habría dicho a los funcionarios, indica una persona que trabaja en el centro y que estuvo en aquella primera entrevista con el personero de Gobierno.
Aquello quizás, dicen, aludía a que estaba en marcha un proceso que, como dijera Luis Castillo, se realizará de manera concordada con los profesionales y sería pospuesta hasta que mejoren las condiciones financieras de la municipalidad, la que deberá adecuarse al estandar de calidad que presenta el Violeta Parra, que es bastante superior a cualquier recinto municipal.
Falsa victoria
De parte de los funcionarios, la dirigenta Ana González refirió que cuando ellos pensaron que se había superado definitivamente el problema, se reunieron con vecinos en una asamblea en el recinto de salud, en la que primaba un ambiente de regocijo por la aparente victoria obtenida.
En la ocasión, sin embargo, se encontraron con una persona que, quizás previendo lo que podría suceder en el futuro, les preguntó si es que había un documento escrito donde el Ministerio les indicara sin asomo de duda que el traspaso no se realizaría y dejaba de ser una idea que se incubaba al interior de la entidad estatal.
Ana Gonález sostiene que en verdad la única certeza de que todo había terminado provino de la dirección del Servicio de Salud Ñuble, la que habría recibido un correo eléctrónico donde se aseguraba que el proceso se “postergaba indefinidamente”.
Y claro, esta postergación indefinida quería decir en verdad que el proceso sólo se posponía, pero se mantenía latente a la espera quizás de un cambio de autoridades en el nivel local, lanza el concejal Juan López, quien al igual que el Concejo, deplora la iniciativa, por considerar que con el traspaso pierde la comunidad.
Ayer no fue posible obtener una impresión sobre este tema del nuevo director del Servicio de Salud ni del alcalde de Chillán, quien anteriormente se había manifestado en contra de la medida.
Sin embargo los usuarios del Violeta Parra se manifestaron abiertamente en contra de la iniciativa, puesto que si es que llegan hasta el consultorio es porque conocen que la atención es muy superior.
Varias personas destacan que están inscritos en otros centros, pero finalmente optan por atenderse en el recinto dependiente del Servicio de Salud, pues existen más profesionales disponibles, hay más especialistas y tiene el plus de estar junto al hospital Herminda Martín, lo que les da mayor garantía.
En estas condiciones, se espera que nuevamente los funcionarios se reúnan para debatir las acciones a seguir y con la experiencia anterior saben que deberán pedir documentos escritos antes de dar port terminadas las movilizaciones.
Ayer, el descontento entre funcionarios y pacientes era generalizado y demostraban, además de preocupación, perplejidad por cuanto sólo unas semanas atrás desde el Servicio de Salud Ñuble se les había informado que definitivamente la medida no se haría efectiva.
En esas circunstancias, los funcionarios se abocaron a sus labores con el convencimiento de que se olvidaba en forma definitiva una idea que consideran como atentatoria, tanto para los derechos de los usuarios como los de ellos mismos, ya que deberán pasar a otro régimen contractual con menos garantías.
Tienen claro que es muy diferente estar bajo la dependencia del Servicio de Salud a estar sujetos a la gestión de la municipalidad, la cual carece de recursos para entregar todas las prestaciones existentes actualmente en el centro de atención primaria.
Por ello, ayer, cuando los funcionarios se enteraron de la noticia explicitada por el subsecretario, ataron una serie de cabos sueltos y comprendieron que la “postergación indefinida” de la que se les había hablado, era aparentemente un “tranquilizante” para que depusieran las acciones de fuerza que habían iniciado.
En este sentido, se recuerdan las primeras palabras del recién asumido director del Servicio de Salud, Jaime Guzmán, expresadas durante la semana pasada, cuando la autoridad visitó el centro asistencial.
“Tienen que apretarse el cinturón, mejorar la gestión y reducir costos”, habría dicho a los funcionarios, indica una persona que trabaja en el centro y que estuvo en aquella primera entrevista con el personero de Gobierno.
Aquello quizás, dicen, aludía a que estaba en marcha un proceso que, como dijera Luis Castillo, se realizará de manera concordada con los profesionales y sería pospuesta hasta que mejoren las condiciones financieras de la municipalidad, la que deberá adecuarse al estandar de calidad que presenta el Violeta Parra, que es bastante superior a cualquier recinto municipal.
Falsa victoria
De parte de los funcionarios, la dirigenta Ana González refirió que cuando ellos pensaron que se había superado definitivamente el problema, se reunieron con vecinos en una asamblea en el recinto de salud, en la que primaba un ambiente de regocijo por la aparente victoria obtenida.
En la ocasión, sin embargo, se encontraron con una persona que, quizás previendo lo que podría suceder en el futuro, les preguntó si es que había un documento escrito donde el Ministerio les indicara sin asomo de duda que el traspaso no se realizaría y dejaba de ser una idea que se incubaba al interior de la entidad estatal.
Ana Gonález sostiene que en verdad la única certeza de que todo había terminado provino de la dirección del Servicio de Salud Ñuble, la que habría recibido un correo eléctrónico donde se aseguraba que el proceso se “postergaba indefinidamente”.
Y claro, esta postergación indefinida quería decir en verdad que el proceso sólo se posponía, pero se mantenía latente a la espera quizás de un cambio de autoridades en el nivel local, lanza el concejal Juan López, quien al igual que el Concejo, deplora la iniciativa, por considerar que con el traspaso pierde la comunidad.
Ayer no fue posible obtener una impresión sobre este tema del nuevo director del Servicio de Salud ni del alcalde de Chillán, quien anteriormente se había manifestado en contra de la medida.
Sin embargo los usuarios del Violeta Parra se manifestaron abiertamente en contra de la iniciativa, puesto que si es que llegan hasta el consultorio es porque conocen que la atención es muy superior.
Varias personas destacan que están inscritos en otros centros, pero finalmente optan por atenderse en el recinto dependiente del Servicio de Salud, pues existen más profesionales disponibles, hay más especialistas y tiene el plus de estar junto al hospital Herminda Martín, lo que les da mayor garantía.
En estas condiciones, se espera que nuevamente los funcionarios se reúnan para debatir las acciones a seguir y con la experiencia anterior saben que deberán pedir documentos escritos antes de dar port terminadas las movilizaciones.
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