viernes, 25 de marzo de 2011

Nueva tecnología TIFLO llega para ayudar a discapacitados visuales de Chillán


Varios de los dieciocho integrantes del grupo de discapacitados visuales “Bastones Blancos” esperaban con ansias ayer la llegada de los expositores desde Concepción.
24 de marzo, 2011


Se trataba de un taller organizado por el doctor y concejal Carlos Hernández, en conjunto con Manuel Muñoz y María Isabel Rozas, el cual forma parte de una serie de actividades que se están desarrollando para las personas discapacitadas.
En Chile, actualmente alrededor del 13% de la población cae en esta denominación, y 1 de cada ocho chilenos vive con alguna discapacidad. En el caso de los no videntes, la cifra alcanza el 11%, es decir, de cada 100 chilenos, diez a doce tienen este tipo de problema, y un 1% a 2%, ceguera total.
“La tecnología le ha venido dando más herramientas a los discapacitados visuales. En la comisión Salud del Concejo iniciamos un trabajo en noviembre y solicitamos ayuda para capacitarlos en Braille. Nos percatamos que esto estaba algo obsoleto, y hoy en día las denominadas TIFLO permiten que ellos adquieran mejores competencias”, comentó el doctor y concejal Carlos Hernández, quien ayer expuso en el taller.
“También logramos sensibilizar al gobernador, e instalamos una mesa de trabajo en la que están representadas todas las discapacidades. Confeccionamos una agenda y el objetivo es seguir avanzando en la inserción de estas personas en la sociedad”, añadió.
Artiuc
Juan Pablo Gómez, del programa Aula de Recursos y Tiflotecnología de la Universidad de Concepción (Artiuc) viajó especialmente junto a otros expositores para contarle a los no videntes chillanejos los beneficios que las nuevas tecnologías pueden traer a sus vidas.
“Nosotros lo hemos visto con los alumnos de la UdeC. Nuestro programa tiene ya diez años y es único en Chile. Cuenta con un equipo multidisciplinario que apoya a los estudiantes y hoy tenemos jóvenes no videntes en doce carreras, la mayoría de ellas humanistas, aunque este año se integró Kinesiología y se abrió un cupo en Fonoaudiología. También asesoramos a un chico chillanejo, que está terminando Derecho acá en el Campus Chillán”, señaló Gómez.
Entre las tecnologías que posibilitan una mejor inserción de jóvenes y adultos tanto en la vida estudiantil como laboral, están los lectores de pantalla, que requieren, eso sí, de un conocimiento básico del teclado, pues a través de él, se puede trabajar en Word, Excel e Internet.
Todas las licencias de este tipo de ayudas (TIFLO) son, en general, caras, y pueden llegar a costar hasta $1 millón.
“Por eso, como universidad, apoyamos a nuestros estudiantes para que postulen a proyectos del Servicio Nacional de la Discapacidad”, indicó.
Además de las TIFLO están también las ayudas técnicas: lupas, telescopios, atriles, que quizás no son tan “tecnológicas”, pero colaboran harto y son más accesibles, sobre todo, si vienen de Hong Kong, dijo Gómez.
Si bien Artiuc trabaja con estudiantes, cualquier persona, independientemente de su edad, puede utilizar las TIFLO.
“Eso sí, es fundamental contar con el conocimiento previo. Quizás en ese sentido, se puede hacer un poco más difícil para el adulto mayor, pero por eso estamos hoy (ayer) aquí, para motivarlos y decirles que siempre tendrán una oportunidad de mejorar su calidad de vida”, concluyó.


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