Ruido tremendo
A un costado del bus estaba Johana Inzunza, quien junto a su pequeño bebé de cuatro meses Johan Burdiles, también fueron parte de la tragedia, que afortunadamente para ellos no tuvo un abrupto final. “Sólo sentí un ruido tremendo, el bus pegó un salto y desperté cuando me estaban sacando”, relató conmovida a LA DISCUSIÓN.
Mientras estas personas respiraban con cierta inquietud, las ropas, carteras, bolsos y celulares desparramados por el suelo daban cuenta de la difícil tarea de identificación de las víctimas, cuyo desastre quedó aún más en evidencia cuando un helicóptero de Carabineros llegó al lugar en busca de los heridos más graves. Uno de quienes ayudó al rescate de los heridos y víctimas fue el comandante del Cuerpo de Bomberos de Bulnes, Juan Valenzuela, quien en el momento exacto en el que el horror quedaba al desnudo dijo: “esto es algo terrible, tenemos muchas personas con distintas lesiones que están siendo evaluados para trasladarlos a diferentes centros asistenciales”. Las horas pasaban y la suma de muertos que originalmente se había estipulado en siete, se elevaba lentamente. Incluso cuando la cuenta paró en 12, las caras de estupor de quienes estaban en el lugar ya no daban más.
Sin embargo, personal policial informó que dentro del bus aún quedaban dos personas más. Fue así como la dramática cifra de 14 víctimas se confirmó cuando una grúa que llegó hasta el enlace Pablo Neruda levantó el bus que previamente fue amarrado con mangueras de Bomberos. Luego se sumó la víctima número 15: Marcos Subiabre Cárdenas, quien falleció en el Hospital de Chillán. En ese instante, pasadas las 18 horas, de lo único que había certeza era de la cantidad de muertos y heridos… de los nombres nada, ya que la lista final sólo se dio a conocer pasada las nueve de la noche.
Hora de los balances
Cuando la noche ya caía en Chillán y las informaciones se canalizaban en el Hospital Herminda Martín y en el Servicio Médico Legal, se confirmaron los nombres de las 15 víctimas y los heridos (ver recuadro). Sin embargo, también se confirmó la razón del accidente. El prefecto de Ñuble Alberto Jaque Blu dijo que la causa sería el exceso de velocidad en un lugar donde la velocidad máxima permitida es de sólo 40 kilómetros por hora. “La causa basal del accidente señala que el conductor manejaba a una velocidad no prudente de acuerdo al diseño de la vía, curva a la izquierda, lo que origina que continúe en forma tangencial al diseño geométrico, chocando con la barrera de contención y por proyección volcar hacia un desnivel”. El prefecto agregó que el tacógrafo fue enviado a Santiago para ser periciado y determinar la velocidad exacta a la que iba. Dijo también que el bus tenía las medidas de seguridad apropiadas y que incluso contaba con los cinturones de seguridad que son exigidos por la ley, “pero al parecer no todos los pasajeros se los pusieron, porque muchos salieron eyectados”.
El seremi de Transportes, Claudio Salinas, explicó que “es un bus del año 2006 y efectivamente ha sido fiscalizado ese mismo año y durante el 2009 y 2010 por lo menos diez veces, la última fue en diciembre en la carretera en Valdivia y en los 10 meses no hay observaciones. El vehículo, al ser del 2006, no cuenta con la obligación de tener cinturón, eso es obligatorio para los buses del año 2007 a la fecha”. Quien también llegó hasta el enlace Pablo Neruda, fue al hospital y estuvo hasta altas horas de la noche, fue el gobernador de Ñuble Eduardo Durán. “Hemos sido testigos de un trágico accidente, con la trágica consecuencia de 14 personas muertas en el mismo lugar (hasta esa hora). Quiero entregar las condolencias a las familias de las víctimas, se coordinaron las medidas necesarias para ayudarlos a ellos y sus familias”. José Silva, gerente de Asuntos Públicos de Pullman Bus, dijo “los familiares ya se están contactando, vamos a seguir trabajando hasta las 21 horas (ayer) para trasladar a los familiares desde Santiago que quieran llegar a Chillán”. Durante la presente jornada los cuerpos de las personas fallecidas serán entregados a sus familiares en el Servicio Médico Legal de Chillán. En el lugar las personas sólo se limitarán a buscar una explicación a una situación que pudo ser evitable con sólo respetar las señalizaciones que existen en la entrada del cruce y que además, están demarcadas en el pavimento de la pista, la misma ruta que ayer quedó con una mancha de neumático de más de cinco metros y cuyas barreras de contención no fueron capaces de contener la brutal embestida.
El héroe de la catástrofe en la ruta
Rodrigo Andrés Rodríguez Cisternas iba pasando por el lugar cuando el bus Pullman cayó al vacío en el enlace Pablo Neruda y lejos de ser un mero espectador de la tragedia o de continuar con su periplo, paró su auto y se bajó a ayudar a pesar de sus escasos conocimientos de primeros auxilios. “El bus venía a exceso de velocidad y chocó con las barreras de contención, prácticamente voló”, relató el testigo preferencial. “Yo iba pasando por acá, estaba a 50 metros y traté de hacer lo más que pude, pero no se pudo, mucha gente salió eyectada, intenté sacar un par de personas, había menores abajo del bus, luego volví a apagar el motor del vehículo porque lo había dejado prendido, pero realmente fue horroroso todo lo que vi”, dijo el hombre que con voz entrecortada y envuelto en lágrimas recordó cada una de las escenas que asegura no podrá sacar de su cabeza. Tras su heroica acción, el hombre oriundo de Rucapequén se fue hasta la Municipalidad de Chillán Viejo, desde donde le otorgarán ayuda sicológica para guiar sus próximos días. De seguro que muchos de quienes pueden relatar los hechos le deben dicha suerte a Rodrigo Andrés, un hombre que en forma desinteresada intentó hacer lo posible para que menos personas se sumaran a la lista de víctimas que ayer encontraron la muerte en la cada vez más peligrosa Autopista del Itata.
Fue a buscar a su fallecida esposa “Estábamos en el mall en Talcahuano almorzando, porque mi señora no nos alcanzó a dejar algo cocinado por su viaje... en ese momento escuché que un bus Pullman había chocado... me dio una corazonada... luego dijeron que era el que había salido a las 13 horas desde Concepción y era el mismo bus en el que la había dejado. Así que fui a buscar a mis hijos y vinimos para acá”, relató Juan Santos, quien desde Talcahuano viajó hasta Chillán a cerciorarse si su esposa formaba o no parte de la lista de fallecidos.
Con el paso de las horas supo que Teresa Herrera, su amada esposa había muerto al interior del vehículo, junto a su cuñada Sara Herrera. Sin embargo el hombre no amilanó y se transformó en el pilar de la familia. “Hay que ser fuerte y aunque uno esté destrozado por dentro hay que mantener la calma”, dijo el hombre, que calmaba a sus tres hijos que desconsolados no podían creer lo que estaban viviendo. “La verdad es que a veces uno espera reaccionar diferente en este tipo de hechos, pero las circunstancias te hacen comportarte de una manera diferente... duele, pero hay que tratar de mantenerse firme para consolar a los hijos”, recalcó el hombre que ayer dejó su almuerzo a medias para dirigirse a Chillán en busca del cuerpo de su esposa y su cuñada. Aunque sus hijos no quisieron hablar extensamente con la prensa, José Santos confirmó que su mamá iba a un funeral a Santiago.
Luego llegaron sobrinos y amigos de la golpeada familia, los que con silenciosas palabras buscaban el consuelo a una situación que no tienen una explicación y que simplemente se refugia tras el nombre de accidente. “Hay que mantener, dentro de lo posible, la calma, mi esposa iba a un funeral... no alcanzó a llegar...”, reflexionó el hombre que con celular en mano avisaba a sus suegros y padres la fatídica situación.
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